Hay que andar sin rodeos, apuntar y disparar. Mirar fijamente el blanco, no quitar la vista de él y lazar. Claro y conciso. Dejar las palabras de más y guardarse saliva para lo verdaderamente importante. Olvidarse de dudar y simplemente hablar. Pisar fuerte y dejar huella. Saber dónde vamos y qué queremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario