domingo, 19 de agosto de 2012

Menos que una maestra, más que un cuento.

Nunca quise callar esas palabras, deseaba enseñarte cómo es la luna por las noches pero tuve miedo. Las estrellas brillaban mientras un satélite titilaba. Mirabas mis gestos como alguien mira a un sabiondo de la vida, ignorabas que no conocía más que las palabras del cuento que escribí. Mis frases terminadas en tu boca develaban los secretos más profundos, los misterios del mundo.